Narra Harry
Babi estaba un poco nerviosa por todo lo que estaba pasando con Sophia y Alice, añadiendo además que su padre se negaba a hablarnos. Decidí que lo mejor sería dejarla descansar, por lo que la llevé a mi antigüa casa, no sin antes coger ropa y dinero.
—Pasa. —Dije después de abrir la puerta.
Ella entró hasta el salón y se tiró al sofá. Yo imite su accion. Ningúno de los dos se dignaba a hablar. Quizás ha ella no le apetecía y yo no quería parecer pesado, asinque, me limité simplemente a darle un beso en la punta de la nariz. Babi se refugió en mi pecho y nos quedamos dormidos.
Para cuando despertamos eran las ocho de la tarde-noche. Babi continuaba pacíficamente dormida. Su rostro era más que angélical, y no, no es sólo por que la ame, es realmente así. La persona más dulce y delicada que he conocido en toda mi vida, aunque también es apasionada, fiera, al mismo tiempo.
Besé su frente y me dirigí a la cocina. Nada por aquí y nada por allá, sólo zumo. Pedí una pizza.
—Despierta cariño. —La meci suavemente. Poco a poco fue abriendo sus ojos azules.
—¿Que hora es?
—Las ocho y media. He pedido una pizza.
—No tengo hambre. —Se quejó.
—Tienes que comer, estás muy débil.
—Más tarde, no me apetece cenar nada recién levantada. ¿Han sabido algo de Sophia?
—No lo sé. Le pedí a Niall que me llamara en cuanto tuviera noticias.
—¿Dónde puede estar..?
—Ni idea, sólo espero que este bien. ¿Cuándo se va Alice?
—Supuestamente mañana. No he tenido tiempo de despedirme de ella... No puedo creer que esté pasando esto. Por una vez todo parecía estar bien en mi vida...
—Y lo estará. Todos echaremos de menos a Alice pero, oye, New York está a dos horas de aquí. —Sonreí. —Y en cuanto a Sophia, va a aparecer, sólo quería estar sola para asimilar todas esas bombas de noticias.
—¿Y mi padre qué? Es otro problema importante. No quiero seguir así con el, es lo único que me queda.
—Algún día lo aceptará. Sólo está disgustado. Los enfados no duran para siempre, y mucho menos cuando se trata de una persona importante para ti.
—¿Sabes cuánto te quiero?
—Así. —Dije estirando los brazos, como un niño de cinco años. Babi comenzó a reírse de mi. Eso es justo lo que quiero.
—Más que así. —Me besó cortamente.
—Ahora si señorita. ¿Quiere comer?
—Está bien...
Narra Amber
Me sentía mareada, me dolía el vientre, no podía ni moverme. Zayn me cargó hasta la cama.
—No puedo dejarte sola, no iré a trabajar. No pasará nada...
—Tienes que ir, yo estaré bien.
—No. Podría pasarte cualquier cosa y yo no me lo perdonaría jamás. Me quedaré contigo. Seguro que en cuanto le explique los motivos a Ryan aceptará.
—Podrías perder el trabajo...
—Prefiero perder el trabajo a perderte a ti. —Dijo tecleando algo en su móvil. —Listo. ¿Se te ha pasado un poco?
—Bueno...
En realidad cada vez me dolía más, simplemente no quería preocuparlo. Se tumbó a mi lado y me acunó entre sus fuertes brazos.
Cerré los ojos e intenté concentrarme en el rico olor de Zayn. Intenté concentrarme en sus músculos, en su respiración pausada sobre mi cuello. Básicamente, intenté relajarme pensando en el que sería el futuro padre de este bebé por el que me estoy sintiendo tan mal. Y pensar que podría haberme evitado todo esto si le hubiera dicho la verdad desde un principio a Zayn... No debí ir a aquel estúpido baile. Reconozco que acepté ir con Josh sólo para molestar a Zayn y al final...
El dolor iba desapareciendo poco a poco. Ya me sentía mucho mejor. Intenté incorporarme, pero, los brazos de Malik me lo impidieron. Se había quedado cao, y no es para menos. Le he dado unos dias que total nada. Apenas habra dormido unas 16 horas en dos dias. Cerré los ojos y me dejé llevar por el sueño...
Narra Zayn
Abrí los ojos muy lentamente. ¿Nos habíamos quedado dormidos? Miré el reloj de la mesilla, las nueve de la noche. Besé la mejilla de Amber y acaricie su vientre, provocando que se retorciera un poco.
—Hola. —Dijo sonriendo.
—Hola amor. —Le besé la frente. —Siento haberte despertado pero tienes que cenar algo.
—No tengo ganas...
—Algo ligero.
—¿Cómo qué?
—No sé... ¿Un sándwich?
—Ok.
Besé suave y dulcemente sus labios y me levanté para dirigirme a la cocina.
—Zayn... —Me agarró del brazo.
—Dime nena.
Me agarró el cuello de la camisa y me besó, me besó de verdad, como yo no me atreví a besarla a ella en estos últimos dias. La siento muy delicada, como si se me pudiera romper entre mis brazos, pero realmente necesitaba esto, necesitaba de ella. Me fuí colocando sobre ella, muy despacio, intentado no hacerle ningún daño. Los besos llegaron a caricias, las caricias a quitarnos la ropa y de repente, porfin volví a sentirla después de tanto tiempo.
(...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario