Narra Liam
Recogí mi equipaje y salí del aeropuerto a toda prisa. Por fin, después de seis horas había llegado a Londres. Cogí un taxi y me dirigí hacia la dirección que me había entregado Niall, en la que, se supone, estaba Sophia.
Era una especie de hotel, una pensión diría yo. Cogí mis maletas y entré en aquel lugar. Había una chica en recepción.
—Hola, vengo buscando a una persona que, supongo, se queda aquí.
—¿Nombre?—Preguntó aquella chica tecleando algo en su ordenador.
—Sophia, Sophia Horan.
—Ajá, habitación 106—Dijo después de buscar durante casi diez minutos en aquel portátil.
—Gracias. —Dije y subí las escaleras de dos en dos. Podría haber cogido el ascensor pero yo soy todo un malote. Bueno, en realidad se me olvidó que existían los ascensores.
Habitación 106. Llame a la puerta durante unos minutos pero nadie abrió. Estaba por irme cuando...
—¿Liam?
Tomé aire y me giré lentamente. Estaba enrollada en una toalla, acababa de salir de la ducha.
—Hola. —Dije.
—¿Que haces aquí? —Pregunto mirándome confusa.
—He venido a buscarte. ¿Puedo pasar?
—Claro. —Se hizo a un lado y entré en un salón. No era demasiado grande pero parecía acogedor. —¿Y bien? ¿Que tal estás..?
—Recupere la memoria. —Dije y asintió levemente con la cabeza. Parecía que se le habían aclarado algunas dudas. —Recuerdo que el día que pasó todo esto te enfadaste conmigo. Me diste un golpe en la cara. ¿Que te hice?
—Yo... Tú lo sabes mejor que yo.
—¿Que tengo que saber?
—Lo que paso la noche del baile, el whatsapp que me mandaste.
—Perdí el móvil la noche del baile. Después apareció tirado en el asiento de mi coche, lo que es extraño porque yo lo dejé olvidado en la barra del bar de Santa Mónica.
—¿Qué?
—Aquella noche todo pasó muy rápido. Fuí al bar, choque con ese chico, Jaymi, después Jade me dijo que Zayn quería que fuera al hospital, lo que resultó ser mentira...
—Espera. —Me cortó. —¿Que dices de Jade?
—¿Recuerdas lo que pasó con Amber? Jade vino y me contó que Zayn le había dicho a tú hermano que fuera con él al hospital, que Amber estaba muy grave. Después me di cuenta de que no sabía en que hospital estaba, asinque, decidí llamarlo pero no tenía el móvil por lo que tuve que ir a casa. Llamé a Niall para asegurarme de que fuera cierto y me dijo que no había hablado con Jade en toda la noche. Después de eso fuí a buscarte a la playa pero ya no estabas. ¿Que hice? ¿Fue porque te dejé allí tirada? De verdad que lo siento...
—Yo... Eso no fue lo que pasó. —Dijo mirándome atónita.
—¿Cómo?
—Te enrollaste con Jesy Nelson. —Me gritó.
—¿Qué? ¡No! —Respondí también gritando. —¿De dónde sacas eso?
—Yo os vi. Más tarde me mandaste un whatsapp diciendo que lo que había visto era cierto y que habíamos terminado.
—Te acabo de decir que no tenía el móvil Sophia. Está claro que alguien nos ha tendido una trampa.
—Seria todo muy peliculero, ¿no? —Dijo sarcástica.
—Juro que digo la verdad. Si no me crees pregúntale a Niall. Supongo que no desconfiaras de tu hermano, ¿o si?
—No sé que pensar.
—No pienses en nada. Olvidalo todo, es una mentira. —Suspire exasperado—Nunca debí hacerle caso a esa liante de Jade, en cierto modo si es mi culpa.
—Espera... ¿Has dicho que chocaste con Jaymi?
—Si, en el bar.
—En el mismo bar en el que perdiste el móvil. —Afirmó.
—Si... —Dije confundido.
—Claro. Aquel chico que besaba a Jesy era él... Me pareció ver un mechón rubio en el tupé que llevaba. Como era de noche y los celos me podían no lo tomé en cuenta... Él, con ayuda de Jesy y sus lambe culos montaron todo este lío.
—¿Lo que quieres decir es que él me quitó el móvil?—Asintió. —Puede ser pero... ¿Por qué haría todo eso? Yo no le he hecho nada a ese chaval.
—Alice me dijo que yo le gustaba a Jaymi...
—Maldito cabron. —Me levanté y comencé a dar vueltas por la sala. No sabía ni que hacer.
—Tranquilizate. —Me pidió Sophia.
Me giré para mirarla. Es demasiado tierna como para negarle algo. Me acerqué a ella y la abracé. Aún estaba mojada.
—Quiero tenerte conmigo de nuevo. —Le susurre aún sin separarme.
—Nunca debimos separarnos. —Me miró.
—¿Eso es un si? —Ambos sonreimos.
La besé y sin separarme de sus labios la guíe hasta la cama. La atrape debajo de mi, sin dejarle caer todo mi peso encima.
—Hazlo. —Dijo y me acarició la mejilla. —Quiero que seas el primero.
—Y el último. —Dije riendo para volver a besarla.
(...)