domingo, 19 de enero de 2014

Capítulo 17.

Narra Babi

Caminé hasta casa seguida por Louis y Harry, que no paraban de chincharse el uno al otro. Ya me tenían harta.
—Podéis parar? —Dije al tiempo que escribía en mi movil.
—Ok. —Dijeron Ambos. Lou le dió una última colleja a Harry y se estuvieron quietos.
Yo por mi parte, continue caminando pegada al movil. De repente, la musica se cortó. No entendía nada hasta que ví una llamada entrante, de George.
—GEORGE! —Grité entusiasmada. Era un "amigo" de la infancia. El "amigo" al que le dí mi primer beso.
—Quién es George? —Preguntó Harry.
Pasé de su culo y contesté a la llamada.

—George! Menos mal que llamas. Tenía meses in saber nada de ti.
—Hola linda, que tal por LA?
—Todo... Bien. — Miré a Harry de reojo. El me observaba con el ceño fruncido.
—No te noto demasiado combencida...
—Bueno, me han pasado cosas. Dime que vendrás a visitarme. Pleease.
—No se nena, no tengo donde quedarme.
—Puedes quedarte en casa, papa estará encantado de verte.
—No sé Babi. Tengo que dejarte. Hablamos más tarde hermosa. Te quiero.
—Yo también te quiero George. —Dije sonriendo y colgué.

Ya habíamos llegado a casa y no me había dado cuenta. Siempre me pasa lo mismo cuando hablo con George, pierdo la noción del tiempo. Dejé mis cosas en el salon y fuí a la cocina para servirle la comída a Collin.
—Quien es el George ese? —Preguntó Harry desde la puerta de la cocina.
—Un buen amigo. —Me encogi de hombros. —Por?
—No me parecía una conversación propia de amigos. —Meneo la cabeza para quitarse algunos rizos de la cara. De la manera más sexy que he visto nunca. Es que estás loca?
—Haber que me aclare Styles. Me estás pidiendo explicaciones de algo?
—Yo? Para nada.
—Pues eso es lo que ha parecido. —Cogí a Collin en brazos y me fuí al salon. —Y Lou?
—Se ha ido con Els. —Dijo siguiendo mis pasos.
—Ah ok. —Me dejé caer en el sofa.
—Y bien? Dime la verdad. El tal George es tu novio?
—No. —Contesté.
—No?
—Harry, no. Y a ti no te importa, si lo es o no, verdad?
—Claro que no. —Dijo casi a la defensiva.
—Bien. Apartate de la televisión.

Narra Harry

Claro que te importa pedazo de imbécil. Eres un cobarde.
—Y... Vendrá aquí? —Pregunte.
—Si, lo más probable. Tendrás que compartir habitación con el.
—JÁ.
—Si no la compartes tu... Tendré que compartirla yo. Asinque tu sabrás.  
Y una mierda. Tendría que pasar por encima de mi cadáver.
—Que duerma en el sofa. —Dije evitando parecer molesto.
—Es mi invitado, tengo que ocuparme de el cómo es debido. No lo voy a dejar durmiendo en el sofa.
—Podemos cambiar de tema? —Hice una mueca.
—De que quieres hablar?
En esas, sonó el teléfono. Era mamá.

—Hola ma.
—Cariño, que tal todo por ahí?
—Bien. —Miré a Babi. —Y ustedes?
—Pues igual, disfrutando. Harry, llegaremos para la semana que viene.
—Y eso por qué?
—Un huracán se acerca a la costa. Es que no ves el telediario?
—Pasará por Los Angeles?
—Si, estate tranquilo. Sólo serán unos vientos un poco fuertes, no llegará completamente. Porfavor, no salgais de casa. Comprar lo que necesiteis antes del fin de semana. —Escuché a Henry llamar a mi madre a lo lejos. —Bueno bebe, hablamos luego. Cuidaos eh. Os quiero.
Y nosotros. —Dije antes de colgar.

Un huracán. Bien, así el idiota ese de George no podrá venir hasta aquí, contando además que estaré una semana entera a solas con Babi.
—Que quería? —Preguntó.
—Avisarnos de que no podrán venir hasta dentro de una semana. Un huracán se acerca a la costa y no hay vuelos disponibles. —Dije con una sonrisa burlona.
—Que? Un huracán... ? —Asentí. —NO... No, estas bromeando, cierto? Te estas quedando conmigo. Dime la verdad.
—Prometo que es cierto. Buscalo en internet si quieres.
—No puede ser...
—Babi, sólo es un huracán que llegará sin apenas fuerza. Quieres calmarte?
—No, claro que no quiero! —Gritó al borde de la histeria. —Es que...
—Hay algo que yo deba saber? —Me senté junto a ella.
—Si. —Dijo suavemente. —Mi madre murió por la culpa de un maldito huracán que se acercaba sin "apenas fuerza" .
—Quieres contarmelo?
—Venía por la carretera, de una excursión en el campo con sus amigas. El viento estaba causando varios estragos pero, aún así, decidió volver. Todo iba bien hasta que el viento derribó un gran árbol, que cayó encima del coche... —Suspiró.
—Babi... —No sabía que decirle siquiera. Simplemente la abracé.
—Siento esto, siento que siempre tengas que estar ahí para consolarme. Es la segunda camiseta que te lleno de lágrimas. —Dijo aún entre mis brazos.
—No tienes que pedir perdón Babi, para eso estoy. —La apreté contra mi pecho.
—Gracias. —Se separó un poco de mi.
—De nada. —Sequé sus lágrimas y ella sonrió un poco. —Ahora te entiendo cariño.
—Cariño?
Ups, parece que se te ha escapado algo, no Styles?
—Eh, si, bueno. Es un apodo cariñoso. Te molesta?
—No. —Negó. —Solo me extraña.
—Ok... Tranquilizate, de acuerdo? No va ha pasar nada. Yo te protegeré. —Ella se rió, pensó que era una broma... No lo era.
—Gracias batman.
—De nada. —Sonreí.

Esa noche volví a dormir con ella, y, si me permiten decirlo, tenerla entre mís brazos fué la mejor sensación del mundo. Nuestra piel se rozaba constantemente, haciéndome temblar. Apenas dormí una 4 horas, sólo podía pesar en ella y en lo preciosa que está cuando duerme.
Me levanté temprano por la mañana. Preparé tortitas y zumo de naranja para después llevarselo a la habitación. Para mi sorpresa, Babi ya había despertado, estaba jugando con Collin.
—Buenos días. —Dije suavemente y con una gran sonrisa. Lo que te hace la chica.
—Buenos días. —Respondió sonriendome —Y eso?
—Tu desayuno. —Lo dejé sobre la cama.
—Como sabes que me gustan las tortitas?
—Estas de broma? Siempre desayunas lo mismo, todas las mañanas. —Reí.
—También es verdad. —Se llevó un trozo a la boca.
—Y bien?
—Impresionante.
—Bien. —Suspiré aliviado.
—Oye Harry... Quería consultarte algo.
—Dime.
—Estoy pensando en tatuarme. La parte inferior derecha de mi abdomen.
—Que quieres hacerte?
—No estoy muy segura... Al principio quería algo como faith pero, nose... Quiero tatuarme algo que me marque.
—Todos los tatuajes te marcan. —Bromee.
—Es enserio Harry. —Me golpeó. —Me das alguna idea?
—La verdad no sé. Cuando estés en la tienda sabrás lo que quieres, me ha pasado. Cuando vas?
—Supongo que después del rollo del huracán.
—Pues yo te acompañare.

(...)

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